PALABRAS DEL SANTO PAPA FRANCISCO (Lc 1, 57-66.80)
Recibido
Todo el acontecimiento del nacimiento de Juan Bautista está rodeado de una alegre sensación de asombro, sorpresa y gratitud. Asombro, sorpresa, gratitud. El pueblo está lleno de un santo temor de Dios, «y por toda la región montañosa de Judea se comentaba esto» (v. 65). (...) Observemos a quienes hablaron bien de este acontecimiento maravilloso, de este milagro del nacimiento de Juan, y lo hicieron con alegría, estaban felices, con asombro, sorpresa y gratitud. Y pensando en esto, preguntémonos: ¿cómo es mi fe? ¿Es una fe alegre o es siempre la misma, una fe «tibia»? Siento asombro cuando veo las obras del Señor, cuando oigo hablar de la evangelización o de la vida de un santo, o cuando veo a tanta gente buena: ¿siento la gracia en mi interior o nada se mueve en mi corazón? ¿Sé sentir los consuelos del Espíritu o estoy cerrado? Preguntémonos cada uno en un examen de conciencia: ¿cómo es mi fe? ¿alegre? ¿abierta a las sorpresas de Dios? Porque Dios es el Dios de las sorpresas. ¿He "experimentado" en mi alma ese asombro que da la presencia de Dios, ese sentimiento de gratitud? Pensemos en estas palabras, que son estados de ánimo de la fe: alegría, sentido de admiración, sorpresa y gratitud. (Papa Francisco, Ángelus, 24 de junio de 2018)